No estás motivado 
Cuando sientes que ir a trabajar cada día resulta un esfuerzo titánico, no te alegran los triunfos de la empresa, o aborreces las tareas que te asignan, es una clara señal de que tu trabajo no te está llenando.

No das lo mejor de ti
Cuando falta la motivación, dejas de intentar dar el 100%, así que trabajas “a medio gas”, haciendo lo justo para completar las tareas que se te han asignado. Esto te lleva poco a poco a dañar tu imagen como profesional, así que plantearse un cambio de trabajo es completamente necesario en situaciones como esta.

Estás estancado
Para muchos profesionales, uno de los indicadores del éxito laboral es el hecho de poder mejorar, ya sea con un ascenso, más responsabilidades o mayor sueldo en tu trabajo. Saber que en su trabajo no existe una posibilidad real de ascenso o mejora puede minar la motivación e ilusión de muchos trabajadores.

Te sientes poco valorado
Das lo mejor de ti cada día, aportas ideas valiosas para la empresa y realizas tus tareas de forma rápida y precisa. Sin embargo, parece que tu empresa o superiores no valoran tu trabajo. ¿Ha llegado el momento de cambiar de trabajo?

Estás nervioso y/o irascible
Muchos profesionales admiten estar “quemados” cuando empiezan a sentir estrés o irascibilidad en momentos puntuales de su jornada laboral. Si es tu caso, seguramente “saltes” cuando te sientes contrariado o las cosas no salen como tú desearías.

La estabilidad no te aporta felicidad y no ves futuro
Hoy en día, tener un trabajo estable es motivo de tranquilidad y felicidad para muchos profesionales, pero en tu caso, no es suficiente. Si además de ello piensas en el futuro y te ves en cualquier otra empresa que no sea la actual, tienes motivos suficientes para cambiar el rumbo de tu carrera.

Si te sientes identificado con estas señales y quieres mejorar en tu trabajo no dudes en contactar con CV-Coach.